Cuando pensamos en el uso actual de Internet, lo hacemos en términos de una red que permite compartir y distribuir información, el gran logro obtenido durante los últimos treinta años en realidad. Esto sin duda ha contribuido a transformar y hacer más rápidas las transacciones comerciales y financieras, con una reducción de costos asociada. Sin embargo, la gran mayoría de las transacciones realizadas hoy siguen partiendo de la intervención de agentes e intermediarios que, si bien han agregado valor al proveer mecanismos para establecer confianza entre las partes involucradas y dar certeza a las operaciones, al mismo tiempo, dada la forma centralizada en que operan los sitios de almacenamiento de datos, presentan problemas enfocados principalmente en la seguridad y vulnerabilidad de la información en su poder. Y estos son problemas torales, pues la vulneración de sus sistemas de seguridad expone, más allá de las meras transacciones, los datos personales de quienes de alguna forma depositaron su confianza en ellos. Situaciones donde se ha presentado el robo de información privada han sido cada vez más frecuentes pese al continuo esfuerzo de los intermediarios por incrementar las medidas de seguridad. Lamentablemente, casos similares se presentarán cada vez con más frecuencia y de mayor escala a medida que aumentan los usuarios y las transacciones. Podríamos, tal vez, llegar hasta una situación paradójica cuando el costo de proteger la información y garantizar la seguridad transaccional supere el mismo valor de hacerlo.
Se impone entonces la necesidad de cambiar el modelo, de provocar con innovación un proceso disruptivo que nos lleve a encontrar solución a este problema y otros más.
Ante esta situación, el concepto de blockchain presenta una alternativa para hacer las cosas de forma muy diferente a la manera que podemos llamar convencional, incluso a pesar de las transformaciones sufridas en la era de internet. El desarrollo de tecnologías que implementan blockchain tiene, entre muchas otras posibilidades, un enorme potencial para resolver el problema de la seguridad transaccional respecto a la confianza entre las partes, pues es inherente al blockchain mismo. En este modelo, lo que hoy descansa en los sistemas de enormes corporativos es reemplazado por cálculos distribuidos y técnicas criptográficas avanzadas implementados gracias a la colaboración acumulada del poder de cómputo de los participantes, con una consideración muy importante, sólo es posible lograrlo de esta manera.
Y reitero. La forma de resolver la seguridad transaccional es solamente una de las posibilidades.